El pasado fin de semana del 24-25 de agosto nos dirigimos al Valle d’Ossau, al pueblo Eaux-Chaudes para visitar la Grotte Eaux-Chaudes situada a 970m de altitud.
Una semana antes habíamos estado ahí, pero no continuamos por seguridad, ya que llegamos a la primera cascada ascendente y estaba desbordada. Fueron tantas las ganas de volver y terminar la visita de la cavidad, que una semana después aquí estamos.
Historia
La primeras referencias de la cueva datan del año 1823, su nombre significa Cueva de Aguas Calientes, aunque de calientes nada, ya que tiene una temperatura de unos 4 grados. Antiguamente se pensaba que las aguas de la cueva eran curativas y por eso instalaron una serie de pasarelas, canalizaciones, presas y puntos de luz para que fuera visitada. Era tal la creencia milagrosa, que incluso eminencias reales como la emperatriz Eugenia en el año 1854, entre otros visitaron esta cavidad. El agua era conducida al balneario Eaux-Nones, ahora abandonado, que se encuentra en el mismo pueblo.
La exploración de la cavidad empezó el año 1907 de mano del Sr. Martel i posteriormente De Joly, ambos pioneros de la espeleología moderna.
La cavidad presenta 13 km de recorrido y un desnivel de 800 m ascendentes. Este sistema consiste en una gran falla que cruza de este a oeste el macizo de piedra caliza dominado por el Pico de Cezy y los Picos de Arcizettes, al sur de Laruns en los Pirineos Atlánticos.
Su aspecto general es el de un cañón estrecho con varias decenas de metros de altura. En su fondo, fluye un río que corre por múltiples cascadas, separadas de vez en cuando por lagos, en los cuales nos tocará nadar.
El caudal es muy variable, desde 100 l/s hasta más de 2 m3, principalmente dependiendo de la cantidad de nieve acumulada.
La cavidad presenta 4 sifones, el último de ellos es terminal según fuentes y se encuentra a 1.790m de altitud (sorprendente, ¿verdad?).
El agua de la cueva está regulada por la Central Eléctrica SHEM de Miègébat, la cual hizo un largo canal artificial de 500 m para recoger agua, como se observa en la topografía.
Más historia sobe la Central de Miègébat
Grotte Des Eaux-Chaudes
Dejamos el vehículo y empezamos la aproximación de unos 30 min cuesta arriba por el Bosque de Gourzy, la sendera es muy bonita y cruza varios afluentes con agua. También cruza la surgencia de la cueva llamada Petite Grotte des Eaux-Chaudes.
Una vez en la entrada nos cambiamos y lo primero que encontramos fue la gran estalactita en forma de ducha, esta vez con agua. La semana anterior cuando fuimos estaba seca aunque hubiera en general más agua en la cueva (todo un misterio).
Fuimos adentrándonos en la cueva siguiendo el curso activo del río, encontrándonos con las antiguas pasarelas de madera en las grandes paredes de la cueva (cuidado con ellas, ya que están muy deterioradas).
Pasado este tramo llegamos a Terminus Martel, dónde hay una gran cascada que sale por la derecha y una galería por la parte izquierda. Fuimos por la izquierda, ya que por la cascada no se podía subir, aunque si bajar porque tenía equipamiento para el descenso en doble. Llegamos al Gran Chaos (gran caos de bloques), el cual puedes sortear por una cuerda ascendente por la izquierda o por otra cuerda entre bloques. Al final los dos sitios llevan al mismo lugar más arriba o más abajo, que está perfectamente señalizado con flechas amarillas tamaño XL (cuidado la piedra está muy pulida y resbaladiza).
Al salir del caos encontramos otra cascada llamada Cascade Fajolles, la cual dejamos a nuestra derecha y proseguimos por la galería fósil. Esta galería nos lleva de nuevo al río (si el canal artificial está cerrado entonces hay un curso activo, sino el río está seco hasta la presa artificial).
Proseguimos por el río, sorteando las badinas hasta llegar a la Cascade Gaurier de la presa del canal artificial de la central dónde hay dos vías instaladas en fijo para subir. Aquí fue dónde nos detuvimos en la primera incursión, ya que al remontar el agua caía encima y los pasamanos estaban por debajo de la cascada.
Dependiendo del agua que encontremos merecerá la pena ponernos el neopreno antes o despúes, a gusto del consumidor.
Cuando subimos, nos encontramos con otra cuerda que sortea la Cascada Martel, en este punto ya se escucha el rugir del agua del Canyon de Martel. En este punto hay que ir sorteando badinas a través de los pasamanos dando paso al Enfer de Dante, sitio dónde nos desubicamos un buen rato. La clave está en seguir el río buscando el paso más seguro para llegar hasta él, antes pero, merece la pena visitar el Campo II para ponerse en la piel de los exploradores en esa época.
Una vez en el río seguimos su curso bastante activo contracorriente, hasta llegar a una cuerda descendente que nos llevaría a una zona inundada dónde toca nadar, la suerte es que el tramo cuenta con un cable guía y de esta forma puedes avanzar más rápido por sus gélidas aguas.
Después de continuar por el río y ver su dinámica, decidimos dar la vuelta, no sé en que punto topográfico. Uno de los motivos fue el frío que hacía y la corriente de aire que generaban los pequeños resaltes de agua. También la progresión iba incrementando su dificultad. Al no ver dónde poníamos los pies dentro del agua, igual te hundías medio metro, que te metías una ostia de morros porque había un bolo.
Bajo mi punto de vista, es una cueva espectacular, tanto por su enorme historia como por su morfología. Su equipamiento está en perfectas condiciones.
Me ha costado poder recopilar esta información y espero que pueda ser útil en futuras incursiones. No hay que olvidar que es una cavidad de estilo alpino y hay que ir bien equipado para el frío.
Gracias a los compañeros por acompañarme a este agujero otra vez! Con vosotros hasta el fin del mundo!
Actividad realizada por Jordi, Carla, Albert, Vicent y Sarai.
SARAI
Bona experiencia i reportatje.